Este texto, del que no conozco todavía el resultado, es un monólogo interior. Es una parrafada en la que me meteré conmigo mismo y en la que me daré la razón. Es un algo raro que me apetece compartir, supongo.
El tema principal de este texto se basa en las diferentes escenas de la poesía, al menos, en España. Como lector y escritor yo he sido especialmente crítico en este tema, llegando a ser incluso lapidario cuando un texto considero que se sale de una estética y amor poético y que se halla creado simplemente como frases bonitas para gustar… Pero, ¿hay algún problema en ello?
Cada día salen más y más influencers que publican sus libros o sus breves, pero intensos, poemas en las RRSS (Instagram como ganadora total). Desde famosos como Laura Escanes o Alfred García, hasta influencers como Mery Turiel o Defreds o ¡incluso conocidos! como jen.enverso o _poetahalley (dos amigos que os agradecerán el paseo por sus cuentas).
Mi crítica siempre consistía en… «Es que escriben x para gustar y no porque lo hayan sentido así» pero… ¿qué problema hay en ello si consiguen gustar?, ¿qué problema hay en algo que consigue hacer que la gente sienta emociones? (Como también consigue la poesía).
Supongo que el problema reside, cómo no, en las etiquetas, en la necesidad de etiquetar, y en el dolor rancio y (si se me permite el palabro) pollaviejer. No, para mí lo que hacen estas personas no es poesía, pero tampoco es algo negativo, si bien son textos con los que consiguen entrar en armonía y contacto con sus seguidores y hacerles sentir cosas que quizás no conseguirían Lorca o Aleixandre.
Eh… ¡y no pasa nada! Cada persona puede hacer lo que quiera, siempre y cuándo no afecte a los demás, y de esos textos la gente que los consume solo puede sacar cosas positivas… sentimientos.
Un abrazo.