Juliusz Slowacki – Pequeña posibilidad de la honestidad

Me refiero a que la dúctil lengua
debería decir todo lo que piensa la cabeza,
y ser, en ocasiones, clara y rápida, como un relámpago,
otras, en cambio, bella como el lenguaje de los ángeles…
Debería ser a veces como la queja de las Ninfas,
otras, en cambio, bella como el lenguaje de los ángeles…
Y sobrevolarlo todo con las almas del alma.
Una estrofa debería ser ritmo y no mueso.
Conseguir todo de ella, empañarla de melancolía,
después resplandecer con un relámpago sigiloso,
después mostrarla dorada entre los rayos,
después henchirla de soberbia de los antepasados,
después tejerla, como una obra de Aracne,
después hacerla en barro, como un nido de golondrinas
bajo un tejado, sujeto a la madera,
y que canta cuando el sol se despierta.

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