Nacido el 15 de enero de 1622 en París, fue un dramaturgo, humorista y actor francés y uno de
los más grandes comediógrafos de la literatura occidental. Molière, seudónimo de Jean-
Baptiste Poquelin, el más ilustre de los comediógrafos franceses, también se desempeñó como
actor y director escénico, y fue famoso en su época por el revuelo que despertaron sus sátiras
acerca de la corrupción de la sociedad francesa.
Desde muy niño mostró afición por el teatro. En 1643 forma parte de la compañía de los
Béjart, familia de actores profesionales. La compañía actuó en París hasta 1645 e inició un
recorrido por Francia durante trece años. Recorre las provincias de Francia y logra que la corte
patrocine sus representaciones. En 1658, retorna a la capital y llega a ser director teatral de la
corte de Versalles.
Sin embargo su propia obra fue prohibida en los teatros durante años. Molière fue motejado
como el «demonio en sangre humana», por la Iglesia católica; el Estado francés le cerró sus
puertas y destruía sus posters. Finalmente en el año 1669, el Rey Luis XIV le permitió presentar
sus obras en público.
Su obra se caracteriza por:
- Satiriza las costumbres de su época.
- Sus personajes, de la aristocracia y alta burguesía, están caracterizados con penetrante
sentido sicológico, poderosa comicidad, sentido del humor. - Perfecto dominio de la técnica escénica y estilo sobrio de buen gusto.
- Creación de arquetipos humanos: Tartufo es el hipócrita; Harpagón, el avaro, Don Juan, El
seductor. - Lenguaje realista, no acartonado; nivel lingüístico es propio del nivel socio-cultural de cada
personaje.
Escribe de manera prolífica incluso en su época de censura máxima.
En 1659 estrenó “Las preciosas ridículas”. A “Tartufo” (1659), se le acusó de obra impía que
satiriza la hipocresía en la religión. Prohibida, escribió dos versiones más de la obra, en 1666 y
en 1669, la versión que hoy se conoce. Otras de gran fama son ”Don Juan” (1666), considerada
por muchos su obra maestra, “El misántropo” (1666), “El avaro” (1668); y Gentilhombre
Burgués” (1670), de representación prohibida por el rey durante cinco años.
Otras obras suyas son “El médico a palos” (1666), sátira sobre la profesión médica y su última
comedia “El enfermo imaginario” (1673) en torno a un hipocondríaco. Irónicamente, pocos
días después del estreno, en plena representación, Molière se sintió indispuesto y falleció al
cabo de unas horas, el 17 de febrero de 1673 en París.
El epitafio escrito por Molière para sí mismo dice así: «Aquí yace Molière, el rey de los actores;
en estos momentos hace de muerto y de verdad que lo hace bien”.