Redacción Atómica sopla las velas en Valencia y Barakaldo

La libertad es un bien inamovible de nuestros días, pese a que entre unos u otros, de diferentes tonalidades, nos cohiban tanto a la hora de hablar en público y dar nuestra opinión sobre temas tan banales como si tenemos gobierno («tenemos» quizás equívoco por estos lares) y dejamos de ser el hazmereír mundial una vez más. Quizás escribir en estos días es más complejo que hace unos pocos años, pero resulta absolutamente satisfactorio saber que con tu verdad (para nada absoluta) consigues hacer que algún que otro irrespetuoso se tire de los pelos.

En esas se ve envuelta la música también, con casos que no mencionaré y agradezco a aquellos valientes que, sin pelos en la lengua, se atreven a decir lo que toca, simplemente lo que toca. En este aroma fraternal, de gente que dice… pues eso, lo que toca, se disponía una tarta, con cuatro pedazos bien delimitados. Una tarta en el Amstel Art, en el IX Aniversario de Redacción Atómica.

El primer trozo del pastel se lo repartiría la neonata, prácticamente, banda valenciana, Lisasinson, que si bien les avala un año de longevidad y bastante actitud en el escenario, no es tanto si se les compara con otras bandas que llevan dando la murga (con respeto) durante 20 o 30 años. Con un hit debajo del brazo como es Barakaldo, escuchado «en bucle» en muchas playlists de Spotify, y bastante punki pop, se dejaron ver en el montículo con soltura, con fuerza y con un nuevo tema, Canción para mi crush de una temática bastante apartada a lo habitual en el grupo de cuatro chicas que bien recuerda a Cariño.

Una vez seccionado debidamente el segundo trozo, plato en mano, y situado con delicadeza en el mismo, aparecía a ritmo de Emperador, Calivvla. Con una puesta en escena sencilla pero acertada y un ritmo frenético se dejaban ver algunos de los temas de su último EP CLV en el que destacan sin duda After o Efímero. Entre ellos también se encontraba la ya mítica Faraón o una versión de Parálisis Permanente y su Autosuficiencia, Calivvla son presente y futuro de la terreta y si no piensas así… respetuosamente te responderán: «Estoy cabreado/¿Es que no lo ves?»

Al turrón, así llegaban esos chavales madrileños que igual te hablan de un arroz así raro, mesetario, un Arroz con cosas o de la extrañeza del término droguería y su Becaria. Camellos es todo lo que cabe esperar en un grupo de música, es vitalidad, fuerza, actitud… Los primeros acordes de Sorpresas o Très Bien sin duda no dejaron a nadie indiferente, pese a que el descontrol absoluto llegó, obviamente, cuando prácticamente toda la sala al unísono cantó aquello de: «Oferta especial/Mechero, aguja y albal», primeras frase de la ya mencionada Becaria. Llegaba ese instante final y tras varios «otra, otra» y comprobar que era un día de fiesta total, Pantoja-Ha e Internet terminaron el set de los señores que acuñan la palabra Mazo.

Por último, el último pedazo del pastel es sin duda para Redacción Atómica que impasible sigue en un mundillo difícil, que se atreve sin miedo a ironizar, a dotar de libertad a proyectos y redactores (lo dice alguien que ha pasado por ahí), que no cede ante adversidades ni censuras. Gracias y muchísimas felicidades, el año que viene serán 10 velas y pronto muchas más.

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