Hace poco, siendo esta exacta medida de tiempo igual a ayer, me hice con el libro Diario del autor que tenemos hoy entre manos. Sin embargo, ese no es el tema que trataremos, al menos ahora mismo. Simplemente nos ceñiremos a hablar sobre el autor Jules Renard (1864 – 1910) y comentar un poco su vida y algunas de las obras que le hicieron una gran figura.
Nació en febrero del ’64 en Châlons-du-Maine (Francia), mienras que su infancia se desarrolló en Chitry-les-Mines y tuvo tres hermanos, uno de los cuáles murió a temprana edad. Esta infancia fue difícil y triste «un grand silence roux» («un gran silencio rubicundo»). Tuvo la posibilidad durante la misma de asisitir a la prestigiosa École Normale Supérieure, sin embargo se negó a ello. Pese a esto desarrolló un amor por la literatura de la cual haría su vida.
En el año 1888 contrae matrimonio y se muda a París, donde comienza a asistir a cafés literarios y se interna en la vida editorial parisina, contribuyendo activamente en los diarios de la ciudad. Conocido por su virtuosismo y su buen hacer en los variados géneros que escribió, es ampliamente conocido por su novela Poil de carotte (Pelo de zanahoria). Además, se adentró en la política, siendo candidato socialista y posteriormente incluso alcalde de Chitry (1904). Posteriormente pasó a formar parte de la prestigiosa Academia Goncourt, en 1907, gracias a su buena relación con Octave Mirbeau.
Otra gran obra del autor, que le llevó a ser ampliamente reconocido, ya de forma póstuma es Diario que trata el testimonio de la vida literaria del escritor. Comenzó a escribirlo con apenas veinte años y esta obra personal que lo consagró, como ya hemos dicho, póstumamente ha generado una gran influencia entre un largo número de escritores de diferentes generaciones, por su radical modernidad. Por desgracia, su esposa censuraría muchos de los textos que deberían formar parte del mismo, algunos de hecho quemados. Renard creó una obra autobiográfica que puede ser vista incluso como un poemario, ¿qué es y qué no es poesía?
Finalmente, en el año 1910, Renard muere de arterioesclerosis, dejando huella en todos los escritores posteriores y erigiéndose como uno de los escritores más importantes del s.XX.