Hoy pretendo aventurarme en la escritura sobre la Generación Beat, un movimiento literario formado por un grupo de amigos que a mediados de los años cuarenta comienzan a trabajar juntos escribiendo textos prosaicos y poéticos, y que, a su vez, compartían ideales y aficiones similares.
En lo personal diré que la motivación que encuentro detrás de este texto es la de dar a conocer un movimiento para mí crucial, ya que tiene en su haber a tres de los más grandes escritores (esta es mi verdad) estadounidenses: Allen Ginsberg, William S. Burroughs y Jack Kerouac.
Volveré al tema principal diciendo que algunos de los nexos de unión entre estos tres autores son: (además de su gran afición del jazz, sobre todo notoria en la poesía de Kerouac) el rechazo hacia los valores estadounidenses establecidos, el uso de drogas o la libertad sexual. Como era imaginable, fue de gran influencia en la contracultura hippie. Por otro lado, no hay certeza real del significado del término beat. Sin embargo, Kerouac lo relacionaba con la conciencia o la meditación. Mientras, por su parte, Ginsberg lo consideraba «abierto», referido a la «apertura a la humildad».
Pese al protagonismo de los autores ya mencionados, hubo un gran número de escritoras en la época, lo que chocaba de frente contra el conservadurismo del país. Si la poesía de Ginsberg, visible en Aullido, (1956) (del cuál ya mostramos el poema Un asfódelo hace unos días) fue duramente criticada y le hizo estar situado en el punto de mira, censurado y tratado de malas formas por las autoridades. El caso de las mujeres fue más allá, algunas de ellas internadas en psiquiátricos y maltratadas con electrochoques, mientras otras, como Elisa Cowen, decidieron acabar con su vida. Por supuesto, además de la ya mencionada Cowen, se encuentran muchas más poetas, como Diane di Prima o Denise Levertov.
La influencia del movimiento en la historia de la literatura posterior es indudable, sobre todo en la música, influyendo en grandes personajes como Bob Dylan, Tom Waits, Ian Curtis, Janis Joplin o Patti Smith.
Obras como En el camino (Jack Kerouac, 1957) o El almuerzo desnudo (1959) de William S. Burroughs, junto al ya mencionado poemario de Ginsberg, son algunas de las obras más grandes de la literatura americana del siglo XX y siguen siendo de gran influencia incluso hoy en día, al menos para el aquí presente.
«Todos los seres humanos son también seres de ensueños. El soñar une a toda la humanidad.»
Jack Kerouac